Manual de primeros auxilios para viajes

¿Ya tienes todo listo para tus tan deseadas vacaciones? Disfrutar y pasarlo estupendamente debe ser tu objetivo número uno, pero también debes prepararte para que nada te arruine (o, como mínimo, te interrumpa) tu tan merecida desconexión.

Ya sabes que los pequeños accidentes pueden ocurrir en cualquier momento y en cualquier lugar. Cuando estás de viaje, especialmente en lugares desconocidos, es común que cualquier imprevisto te afecte en mayor medida, ya que quizás no tienes a tu alcance el material necesario para tratar adecuadamente una herida o no tienes acceso a centros de salud o farmacias. La solución a esto es muy sencilla: ¡lleva contigo siempre un pequeño botiquín de primeros auxilios!

Un botiquín será siempre tu mejor compañero de viajes, ya que puede sacarte de más de un apuro, siempre y cuando lo tengas bien preparado. Sin embargo, los imprevistos, como indica la propia palabra, no se pueden prever.

De tal manera que a grandes rasgos, el botiquín perfecto debería incluir… 

1. Apósitos o vendajes adhesivos
   Son indispensables para cubrir y proteger pequeñas heridas o ampollas. Ten siempre diferentes tamaños y formas para asegurarte de poder cubrir cualquier zona de tu cuerpo.
   
   
2. Gasas estériles y vendas
   Mantener una herida limpia es vital para ahorrarte disgustos en un futuro. En caso de lesión muscular o articular, una venda de compresión puede servirte para amarrar la zona afectada y prevenir daños mayores. 
   
   
3. Alcohol sanitario o alguna solución antiséptica
   Por supuesto, necesitas algo para desinfectar y limpiar heridas.
   
   
4. Crema o gel para las quemaduras
   Ya sea en pleno monte o en la playa, el Sol afecta igual a nuestra piel (de hecho, cada 300 m de altura más la radiación se incrementa en un 4%, por lo que, técnicamente, ¡es incluso más importante protegerse del Sol en la montaña que en la playa!)
   
   
5. Analgésicos, antihistamínicos y antiinflamatorios
   Dolores musculares, de cabeza, de estómago, alergias inesperadas… molestias muy comunes que seguro que deseas que no aparezcan en tus vacaciones. Por si acaso, mejor prevenir.
   
   
6. Pinzas y tijeras pequeñas
   Puedes usarlas para extraer, por ejemplo, una astilla que te hayas clavado o para dar forma a vendajes o apósitos.

Ahora que ya sabes qué materiales llevar siempre contigo, es momento de pasar a la acción: aprende los primeros auxilios más básicos. Conocer estos simples procedimientos puede marcar la diferencia en situaciones de emergencia y ayudarte a resolverla con éxito y con los mínimos daños posibles. ¡Prepara papel y boli!

Si se da el caso que la persona a socorrer ha perdido la consciencia y no respira, debes proceder a realizar una reanimación cardiopulmonar.

1. Coloca ambas manos entrelazadas en la parte inferior del esternón de la persona accidentada. No te apoyes en las costillas para evitar posibles daños.
   
   
2. Adopta una postura erguida, con los hombros alineados encima del esternón de la persona afectada. Sobre todo, ¡NO DOBLES LOS CODOS! Debes cargar todo el peso en las palmas de tus manos. 
   
   
3. Realiza 30 compresiones ininterrumpidas, a un ritmo de 100 a 120 compresiones por minuto. Si te sirve de ayuda para mantener ese ritmo, el estribillo de la canción Stayin’ Alive, de los Bee Gees (el Ah, Ah, Ah, Stayin’ Alive…) tiene la velocidad exacta que necesitas para mantenerlo.
   
   
4. Una vez realizado el anterior paso, vuelve a evaluar la situación: si la persona sigue sin reaccionar, debes repetir el paso 3 hasta que los Servicios de Emergencia hagan acto de presencia. 

Puede darse la situación en que algo obstruya las vías respiratorias de tu acompañante o de alguien a tu alrededor; en estos casos, deberás aprender la conocida Maniobra de Heimlich:

1. Agarra a la persona afectada por detrás, pasando por debajo de sus brazos los tuyos y colocando el puño cerrado un poco por encima del ombligo con la otra mano por encima.
   
   
2. Reclina el cuerpo de la persona hacia adelante y realiza una presión abdominal hacia dentro y hacia arriba (en diagonal ascendente). Con este movimiento conseguirás presionar el abdomen y el diafragma, provocando una especie de tos artificial. 
   
   
3. Si no consigues desobstruir la vía respiratoria a la primera, sigue intentándolo hasta que la persona consiga expulsar la obstrucción.

Por supuesto, existen muchas otras maniobras y primeros auxilios que puedes conocer, aunque hoy te hemos mostrado los más conocidos.

Así que no te preocupes: con un botiquín bien equipado y algunos conocimientos básicos de primeros auxilios, podrás enfrentar cualquier eventualidad y seguir disfrutando de tus vacaciones.